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Alimentos que creías que eran sanos y no son tanto

Alimentos que creías que eran sanos y no son tanto

 

Nuestra sociedad cada vez está más concienciada con la importancia de la vida sana. Son muchas las personas que adecúan sus rutinas para mantenerse en plena forma tanto física como mental. Ya no resulta extraño pedir una ensalada en un restaurante como plato principal, o emplear nuestro tiempo libre en actividades deportivas, algo que décadas atrás estaba orientado a grupos específicos, pero no al público general.

Sin embargo, hoy en día el modo de vida healthy se ha instaurado de manera sólida y nos mantenemos en un constante ejercicio para incorporarla a nuestra vida. Pero detrás de este movimiento tan sano, se extiende a su vez una gran alerta de desinformación que, en ocasiones, nos hace creer que estamos caminando hacia el lugar adecuado mientras que estamos haciendo justo lo contrario. Esto ocurre de manera notable en la alimentación, ya que existen productos naturales y procesados que no son todo lo sanos que creemos. Hoy en el blog de Santa Teresa, donde el objetivo es tu bienestar, vamos a hacer un análisis de algunos falsos mitos sobre algunas opciones de nuestros menús que no son lo que parecen.

No es oro todo lo que reluce

Tal vez esta sea la mayor obsesión de todo aquel que quiera dar un giro a su salud desde el punto de vista de la alimentación. Hay mucha información y cuando vamos a buscarla, no tenemos claro cuál es la adecuada para nosotros. En los últimos años, fruto principalmente de las redes sociales, se han alzado muchas voces no profesionales que se aprovechan de una posición de privilegio para dar consejos sobre un tema tan delicado como es la vida sana. No queremos decir que todas ellas sean equivocadas ni, por supuesto, que quieran hacer mal, pero lo cierto es que tenemos ante nosotros tantas opciones para ilustrarnos, que hemos de seleccionar muy bien los referentes.

El primer consejo sería clave: fíate solo de profesionales especializados. Huye de experiencias individuales ya que lo que es bueno para uno, no tiene que serlo para todos. El nivel de ejercicio físico, nuestro metabolismo, enfermedades, lugar de residencia, estrés, calidad del sueño o la edad, influyen el tipo de alimentación más indicado para nosotros. Incluso en una dieta tan contrastada como la mediterránea existen excepciones, por tanto, si buscas ayuda encuéntrala en un profesional.

Toma alimentos naturales de manera responsable

Esta claro que los alimentos frescos y naturales han de ser el pilar fundamental de una alimentación sana, pero cuidado, porque como todo, hay que ser prudentes y moderados con lo que consumimos. Uno de los grandes ejemplos lo encontramos en el aguacate, que está presente en un enorme número de recetas saludables que podemos encontrar en canales de influencers o blogs de recetas. Es cierto que tiene multitud de propiedades y beneficios para el organismo, pero hay que consumirlo con prudencia ya que su carga calórica (160 Kcal por 100 gr, además de 15 gr de grasa), comparada con otras como el melocotón (38 kcal, 0,25 gr de grasa) o la pera (58 kcal, 0,12 gr de grasa), es muy alta.

Algo similar ocurre con los frutos secos, ya que con muy pocas unidades estaremos ingiriendo muchas calorías (100 gr de nueces contienen más de 600 kcal y 65 gr de grasa). Además, tendremos que tomar más cantidad que de otros productos para sentirnos saciados, ya que al tener una mayor densidad, necesitaremos un mayor volumen para eliminar el hambre. Estos dos ejemplos nos indican que incluso en los productos recomendados, hemos de tener precaución a la hora de tomarlos.

Los falsos procesados y ultraprocesados saludables

Como en todos los aspectos del mundo actual, el marketing juega un papel de gran importancia. Por supuesto la alimentación no se escapa de las redes de la publicidad y mucho más cuando hablamos de los productos que tienen por objetivo a las personas que quieren adelgazar.

Suelen estar camuflados bajo grandes reclamos comerciales, pero ¿realmente son lo que prometen? ¿Cómo diferenciar los reales de los que no lo son tanto? Aquí va un pequeño test para que no se te escape ninguno:

  • ¿Aparece un listado corto de ingredientes en su composición?
  • ¿Cuál es el primer ingrediente el principal de la receta?
  • ¿Está libre de conservantes y aditivos artificiales?
  • ¿Contiene grasas saludables como el AOVE?

Si todas las respuestas son positivas, es seguro que estás ante un producto procesado sano. Para que lo veas sobre un ejemplo, vamos a analizar nuestro Gazpacho Raf Santa Teresa, considerado el mejor del mercado por la OCU en 2021. Como ves, sus ingredientes son los de la receta tradicional (hortalizas frescas, AOVE, vinagre y sal), sin ningún tipo de aditivo o conservante artificial, con una mínima cantidad de sal y de grasa por cada 100 de producto.

Respondiendo esas cuestiones, no tendrás problemas para distinguir a la perfección los productos más adecuados para ti. Como sabes, este es un patrón presente en todos nuestros productos y te invitamos a que visites nuestras tiendas físicas o nuestra web para conocerlos todos. En cualquier caso, recuerda: confía siempre en un profesional y encuentra la dieta que mejor se adecúe a ti. Somos lo que comemos y eso es lo más importante.

Vista la tienda de Santa Teresa y encuentra decenas de recetas sanas