Tendencias: Dietas veganas, vegetarianas y flexitarianas
La cultura del bienestar se ha abierto un hueco importante dentro de nuestras prioridades vitales. La práctica de deporte a diario, los cuidados de belleza, el descanso, la moda o la meditación, se han convertido en piezas muy importantes dentro de nuestro día a día. Nos gusta cuidarnos, sentirnos bien y tener buena salud. Somos una sociedad cada vez más comprometida con el medio ambiente, con la sostenibilidad y con el consumo responsable.
Dentro de ese marco, cada vez es más común llevar esta filosofía al ámbito de la alimentación. Desde hace algunos años se ha producido un boom de nuevas tendencias en la alimentación, algunas más beneficiosas que otras, pero lo cierto es que parece que han venido para quedarse. En el artículo de hoy vamos a indagar en tres de ellas. El veganismo y el vegetarianismo que ya están muy asentadas y el flexitarianismo, una nueva dieta que cada vez tiene más adeptos.
¿Qué es el vegetarianismo?
De las tres es sin duda la más longeva y la más general, de hecho abarca a las otras dos tendencias de las que hablaremos hoy. Las dietas vegetarianas llevan presentes en el mundo occidental desde siglos atrás. Se cree que personajes como Da Vinci, Voltaire o Rousseau ya practicaban este tipo de alimentación. La primera sociedad gastronómica de la que se tiene constancia se estableció en 1847 en Inglaterra, con lo que se trata de mucho más que una moda pasajera.
En su concepto más global, el vegetariano menos ortodoxo no consume por lo general carne, pero se permite algunas excepciones. Por ejemplo, los lactovo vegetarianos sí comen habitualmente productos como el huevo, la leche, el queso o yogures. Por su parte, los pescetarianos incluyen en su dieta el pescado, por supuesto siempre marcando límites y exigiendo un trato cuidadoso en el proceso de obtención del producto y en su elaboración.
¿Qué es el veganismo?
El veganismo es una de las dietas más restrictivas que traspasa el simple hecho de consumir o no un alimento, es toda una filosofía de vida. Una dieta vegana no contiene ningún producto que proceda mínimamente de un animal. Esto quiere decir que un vegano no incluye en su menú carnes de aves, mamíferos, mariscos y pescados, además de otros productos como la miel, los huevos o la leche. Por el contrario, en su dieta están presentes las legumbres, los granos de cereal, la fruta o las hojas verdes. Gracias al llamado movimiento veggie se han popularizado algunas de las recetas que tanto nos gustan en Santa Teresa, como el hummus.
Pero como te comentamos, esto no afecta solo a los alimentos que se consumen, también al estilo de vida. Ni la ropa, ni los cosméticos, ni los medicamentos o entretenimientos tienen que estar basados en la explotación animal. Esto incluye zoológicos, cuero, seda, lana o circos entre otras cosas.
¿Qué es el flexitarianismo?
Y del polo más estricto de las corrientes vegetarianas pasamos al más flexible y cada vez más popular: el flexitarianismo. Según algunos estudios recientes, casi el 10% de la sociedad española se declara flexitariana, muy por encima del número de veganos.
El flexitarianismo persigue ante todo comer mejor, pero esto no significa renunciar a productos de origen animal. Desde el mundo sanitario se recomienda cada vez más la limitación de las carnes rojas en nuestras dietas y el fomento de legumbres y productos verdes. El flexitariano reduce la ingesta de alimentos de origen animal pero no los retira de su dieta, únicamente los consume de una manera más responsable. Además, ante la preocupación por algunos métodos de obtención de materias primas animales, cada vez son más los consumidores que trasladan a un plano secundario el consumo de este tipo de productos por motivos de conciencia.
Aspectos positivos y negativos de estas dietas
Uno de los aspectos más positivos de la alimentación vegetariana es evitar el impacto negativo del exceso de carne sobre nuestro organismo. La OMS indica que el consumo excesivo de carne roja está asociada a enfermedades como la diabetes, obesidad o enfermedades crónicas del hígado. Por parte del veganismo, la ausencia de quesos y lácteos reduce el nivel de migrañas y dolores de cabeza. En ambos casos contribuyen a tener un mejor aspecto físico, a la pérdida de peso, el cuidado de la piel y la regularización de hormonas.
Pero la ausencia de productos de origen animal también puede llevar a una carencia de vitaminas fundamentales para nuestra salud como son la B12, que afecta directamente al desarrollo neuronal, o la D, vital para la absorción de calcio.