Murallitas de 375 g

Galletas de Mantequilla

Con una base de suave mantequilla, huevos y leche, según la receta clásica de las galletas, las Murallitas Santa Teresa se aromatizan levemente con notas de canela, limón, naranja, mantequilla y vainilla. Para que cada vez que sabores una de ellas disfrutes con todos los sentidos.

Y, como queremos que sientas el sabor de las mejores galletas caseras, no hemos añadido nada más. Bueno, sí: el cariño y el cuidado que ponemos en todas nuestras elaboraciones para ofrecerte unos productos de gran calidad.

Galletas Artesanas

Recetas de galletas hay muchas, desde luego. Pero las Murallitas de Santa Teresa conservan ese delicioso toque de lo tradicional, desde 1860, por su elaboración artesanal y receta tradicional con los mejores ingredientes. 

En Santa Teresa, fieles a nuestra filosofía “somos lo que comemos”, ponemos todo nuestro esfuerzo y nuestro cariño en cada una de nuestras elaboraciones. Cuidando desde el primer momento del proceso, y la selección de los mejores ingredientes naturales.

Sin conservantes, ni aditivos artificiales, con una producción totalmente artesana. Porque lo natural es que disfrutes de la máxima calidad y de los mejores productos de nuestra gastronomía.

Dulce de Ávila

Ávila es Santa Teresa. Y Ávila es las murallas. Dos de las señas de identidad más propias de la ciudad donde nacimos, unidas en un dulce excepcional. Recuperando una receta centenaria, rendimos homenaje a la ciudad y a las murallas de Ávila con nuestras Murallitas de Santa Teresa

Elaboradas de forma tradicional, con la silueta de uno de los 88 torreones de la muralla abulense. Un detalle curioso y delicioso al mismo tiempo que hablará de Ávila por los cuatro costados. Porque si algo caracteriza a la ciudad de Ávila, es su muralla.

Por eso, en Santa Teresa no podíamos dejar de homenajear a nuestro monumento más icónico, llevando un pedacito de Ávila a todos los rincones. Con nuestras auténticas Yemas de Santa Teresa, las Murallitas constituyen un perfecto regalo o recuerdo de nuestro paso por la ciudad, un detalle para presumir de nuestra tierra. Pero, sobre todo, un placer para degustar en meriendas o en cafés de media mañana. Un sabor único con una forma muy especial.